martes, 3 de enero de 2017

COMPARTIENDO LA TIERRA: El despertar


Me desperté, estaba echado en el suelo metálico, tenía frío. Me incorporé y intente moverme, de seguida note que mi cuerpo era mucho mas pesado, la gravedad era mucho mas fuerte, andaba muy despacio y causando a cada paso un ruido que resonaba en toda la estancia. 

Salí de la habitación y me asusté al ver que había en el centro una gran esfera oscura,  sentía como la esfera me atraía hacia ella, caminaba con gran esfuerzo, incluso el tiempo parecía ir mas lento. 

Vi como lentamente dos siluetas se acercaban a mi, me cogieron, ni si quiera intenté resistirme, estaba agotado. 
Mientras me iban alejando de la esfera fui sintiéndome mejor, recuperando el control de mi cuerpo. 

Les pedí que me soltaran y les seguí por largos pasillos metálicos, idénticos y frios. Hasta que nos paramos delante de una puerta. 

Vi a aquella niña, la misma que estaba con las flores, flotando, su cabello parecia tener vida, miles de pelos finos se movían violentamente, ella parecía dormir, sus ojos parecían moverse debajo de los párpados cerrados.

Debajo de ella había una cama metálica, de los costado de la cama salían dos brazos, también metálicos, que se sujetaban a las extremidades de la niña. Toda la habitación estaba llena de máquinas. Al rededor de la cama habían dos seres, que miraban a la niña con temor y con esperanza, pensé que serían sus padres. 

Me indicaron que saliese al pasillo, en poco segundos una bola apareció rodando hasta mi, había muchos agujeros por toda la bola, agujeros perfectos, del mismo tamaño. 

Pensé que iba a ser mi fin. Cuando de repente todos los pequeños agujeros se juntaron creando una silueta oscura
La silueta floto un par de centimetros.

- Me llamo Antimateria, fui creada por nuestros dioses galácticos para poder analizar planetas habitables, para detectar posibles peligros, para proteger y aprender nuevos lenguajes. - Me habló esa silueta dominando completamente mi idioma. 
- No podemos dejarte ir, sabes mucho de nosotros. Y nosotros nada de ti. 
Hablanos de este planeta al que llamáis Tierra, cuéntanos todos sus secretos. - Me siguió hablando la silueta. 

Un silencio mortal invadió la estancia. Estaban esperando a que yo hablase. 

Tragué saliva, desee que todo fuese un sueño y empecé a hablar...





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