Se acerca el final del día, el atardecer alarga las sombras hasta convertirlas en oscuridad.
El cielo sigue libre, no hay nubes ni contaminación, ahora es de un color naranja que recuerda a los sueños justo antes de despertar.
En realidad, el cielo sigue libre, nada lo a conquistado, pero el a aprovechado y a atacado, conquistando mis ojos y capturando mi mirada.
Las sombras se siguen alargando, las risas de los niños que juegan en el parque empiezan a apagarse, los pájaros, siempre con su cantar, vuelan a sus casas.
El Sol, poco a poco, se esconde, llega el fin de su jornada y se nota como el frío gana aún más protagonismo.
Mientras camino me dejo sorprender por el intranquilo tiempo, es imposible de observar, de escuchar, tan solo se puede sentir y vivir.
Llego a casa. Mi perro me saluda con alegría, para él el tiempo no tiene sentido, todo para el es un momento. ¿ Qué cómo lo se ?
Cuando tardas un minuto en volver.
O cuando tardas unas cuantas horas.
O cuando tardas todo el día en volver a casa.
Un perro siempre te va a saludar con la misma alegría, da igual el tiempo, el no lo siente y lo vive sin darse cuenta.
La Luna, ya empieza con pereza su jornada.
Dime...
¿ Cómo as vivido tu tiempo, querido lector ?
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